El Rey del Sol


Sujetaste mí mano como sabiendo que sería la última vez,
Me pediste que no me enfadara,
Me pediste perdón y apoyaste tu frente en mí pecho,
Luego te tuve que hacer dormir,
Y no despertaste...

Tus hermosos ojos color amor se cerraron,
Y tu firme mano se aflojó...
Pude sentir en carne viva lo que se siente ser mutilado,
El tiempo se detuvo,
Yo solo recuerdo las tazas de cafe, 
Los lirios y los llantos...

El rey del Sol se había dormido en el ocaso de la vida,
Llevándose con él todas mis fuerzas,
Toda mí felicidad...
Y pude ver cómo el castillo se derribaba sobre mí...
Mí amado padre, mí amado padre ...
Te llevaste mí niña...
Y me dejaste siendo mujer de golpe...

Todas las flores marchitaron,
Y el cielo lloro con pena.
Las horas se derritieron junto con las velas,
Y el ángel se nos anuncio...
Mí amado, la luz de mí vida...
Dolor de mis dolores,
Vivirás por siempre en mí,
En cada risa y cada llanto,
Vivirás en mí y en cuántos te amaron.

Vivirás en la memoria,
Que no te dejará ir aunque pasen los siglos,
Serás siempre el Rey del Sol..
Mí amado,
Mí padre...
Edgardo.

-Lourdes, Elizabeth, la hija de Edgardo...

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