La Jaula.

Tengo las manos atadas,

Y la fe dormida,

Abrumada por tantos imposibles,

Y demasiadas expectativas...

Expectativas ajenas, progenitoras,

Las que ahogan sueños de porcelana.

Puedo quebrar las barreras,

Demostrar que para mis manos,

no existen los imposibles.

Pero luego debo pagar las consecuencias,

De usar la magia sin pensar.

Se avecina la última tormenta,

Y creo que no vere el sol,

O no veremos el mismo sol...

Debo devolver cada cabello,

Cada letra y cada gota de tinta,

Devolver tu abrigo, y tu frío.

Quiero que mires bien mis ojos,

Por favor, no quites la mirada,

Miralos bien...porque quiero que sea la última vez...

Es un fatalismo

Pero no puedo seguir atada al fantasma,

De la vida que no he de vivir.

Soy la triste bruja del cuento,

La que plantó el hechizo,

Y enveneno el mar.

La que murió por la espada,

Y entrego un corazón perdido.

Olvídame... Te lo ruego,

Marchate y llévate hasta mí nombre,

Devuelveme la nada,

Quitame tu mano, el aire y la vida...

Ya que...

Una jaula de oro no deja de ser una jaula...